La opinión de la crítica

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Dijo Clarín:
Con un grito en la voz.
El filme, de tesis, alterna imágenes tomadas por el realizador Miguel Mirra y otros documentalistas en la Argentina, México, Colombia, Guatemala, Perú, Paraguay y Uruguay; textos de Eduardo Galeano de Las venas abiertas de América latina; y músicas que subrayan climas. Los ojos cerrados... señala al "enemigo", explica -de un modo general- sus procedimientos y exalta la resistencia. Es, en más de un aspecto, de trinchera. Este término no está usado despectivamente. Es sano que exista un cine combativo, un cine que intente perforar la hegemónica indolencia, incluso que reconozca su opción por un punto de vista único (es más honesto que alardear de neutralidades y objetividades imposibles) (...) Mirra procura abordar las consecuencias del monocultivo de soja, la explotación minera a cielo abierto, la depredación de bosques, los excesos pesqueros. Un entrevistado (Jorge Rulli) sugiere adoptar la perspectiva del bienestar social y no la de "aumentar la rentabilidad y disminuir los costos".
Calificación: BUENA

Dijo Ansa:
El filme del argentino Miguel Mirra aborda cuestiones como la siembra extendida de soja, la depredación de represas, suelos y bosques, la devastación ictícola y la producción de pasta de celulosa, cuyas consecuencias derivan en la contaminación, la destrucción de las producciones regionales y el desplazamiento forzado de poblaciones enteras. "El documental pretende crear conciencia sobre estas cuestiones, a través de las luchas populares de resistencia, que se imponen a la inacción de los Estados", dijo Mirra en entrevista con ANSA.

Dijo La Prensa:
El pillaje de lo nuestro.
La biodiversidad, el petróleo, el gas, el agua y la minería, son parte de algunos de los bienes de América latina. Esos bienes, desprotegidos a través de una legislación débil que beneficia al usurpador, ha permitido el asentamiento de empresas, que disfrazadas tras la posibilidad de abrir fuentes de trabajo, se llevan nuestra riqueza. "Los ojos cerrados..." es un potente alegato político-social y de denuncia sobre la usurpación de los recursos naturales y cuya defensa es asumida, más que por los gobiernos, por grupos de resistencia que muchas veces son reprimidos por la mismas autoridades de sus propios países. A través de sus imágenes, el documental de Miguel Mirra se convierte en un elemento contundente que repudia el terrorismo que atenta contra los bienes naturales.

Dijo Crítica:
Preciso retrato...
Este documental de Miguel Mirra, con colaboración de otros cineastas latinoamericanos, tiene una virtud y un defecto. Muestra una serie de depredaciones del capitalismo en el Cono Sur, de Perú a la Argentina. La virtud consiste en el registro inmediato de manifestaciones espontáneas, en el retrato de la bronca y de la inteligencia aunadas a la indignación. Allí la épica de lo real se hace cargo de las imágenes y nos permite una empatía diáfana. Incluso si algunos de los reclamos (papeleras) son mucho más polémicos y menos claros de lo que el film muestra.(...) Sin embargo, repetimos: la fuerza de algunos encuadres y la mirada sobre un mundo que tendemos a desconocer –para peor, voluntariamente– otorgan valor al film.