Saqueo y contaminación de América Latina
Los ojos cerrados de América Latina
Soporte: HDV
Duración: 90 min. Año: 2008
Producción: Susana Moreira
Investigación y realización: Miguel Mirra
LOS OJOS CERRADOS es un recorrido por la América Latina sujeta al saqueo y la contaminación por parte de las multinacionales.
Desde México a Colombia y de Guatemala a Uruguay y la Argentina, el documental comienza citando a Eduardo Galeano: ¨…aparecen los conquistadores en sus carabelas y, cerca, los tecnócratas en sus jets, Hernán Cortés y los infantes de marina, los corregidores del reino y las misiones del fondo monetario internacional, los dividendos de los traficantes de esclavos y las ganancias de la General Motors.¨
Realizado por Miguel Mirra con la colaboración de realizadores de todo el continente, LOS OJOS CERRADOS DE AMERICA LATINA aborda la cuestión de la minería a cielo abierto, de la soja, los monocultivos y la depredación de suelos y bosques, de las represas, la devastación ictícola y la producción de pasta de celulosa poniendo en evidencia la estrecha relación entre el saqueo de los recursos naturales, la contaminación del ambiente y el modelo de explotación que las multinacionales aplican en América Latina.
Pero LOS OJOS CERRADOS DE AMERICA LATINA es también, frente a la complicidad o la inacción de los gobiernos nacionales, un muestrario de las luchas populares de resistencia frente a ese saqueo, frente a la contaminación, el desplazamiento forzado de las poblaciones, la destrucción de las producciones regionales y de las fuentes de trabajo de millones de latinoamericanos.
Con entrevistas a Jorge Rulli, Pablo Begel, Ana Esther Ceceña, Fernando Buen Abad, Adolfo Pérez Esquivel y asambleístas y referentes de los movimientos sociales de América Latina contra el saqueo y la contaminación.
Fue realizada con el aporte de documentalistas de casi todo el continente, entre otros:
Jill Irena Freiberg y Salvador Díaz, en México
Natalia Zuloaga Ospina, en Guatemala
Ainoa Rodríguez, en Colombia
Ernesto Cabellos, en Perú
Farmín Aio, en Paraguay
Silvana Jarmoluk, Patricio Schwanek, Alejandro Fernández Moujan y Claudio Lanús, en Argentina
Contacto: smoreira@fibertel.com.ar
La opinión de la crítica
Dijo Clarín:
Con un grito en la voz.
El filme, de tesis, alterna imágenes tomadas por el realizador Miguel Mirra y otros documentalistas en la Argentina, México, Colombia, Guatemala, Perú, Paraguay y Uruguay; textos de Eduardo Galeano de Las venas abiertas de América latina; y músicas que subrayan climas. Los ojos cerrados... señala al "enemigo", explica -de un modo general- sus procedimientos y exalta la resistencia. Es, en más de un aspecto, de trinchera. Este término no está usado despectivamente. Es sano que exista un cine combativo, un cine que intente perforar la hegemónica indolencia, incluso que reconozca su opción por un punto de vista único (es más honesto que alardear de neutralidades y objetividades imposibles) (...) Mirra procura abordar las consecuencias del monocultivo de soja, la explotación minera a cielo abierto, la depredación de bosques, los excesos pesqueros. Un entrevistado (Jorge Rulli) sugiere adoptar la perspectiva del bienestar social y no la de "aumentar la rentabilidad y disminuir los costos".
Calificación: BUENA
Dijo Ansa:
El filme del argentino Miguel Mirra aborda cuestiones como la siembra extendida de soja, la depredación de represas, suelos y bosques, la devastación ictícola y la producción de pasta de celulosa, cuyas consecuencias derivan en la contaminación, la destrucción de las producciones regionales y el desplazamiento forzado de poblaciones enteras. "El documental pretende crear conciencia sobre estas cuestiones, a través de las luchas populares de resistencia, que se imponen a la inacción de los Estados", dijo Mirra en entrevista con ANSA.
Dijo La Prensa:
El pillaje de lo nuestro.
La biodiversidad, el petróleo, el gas, el agua y la minería, son parte de algunos de los bienes de América latina. Esos bienes, desprotegidos a través de una legislación débil que beneficia al usurpador, ha permitido el asentamiento de empresas, que disfrazadas tras la posibilidad de abrir fuentes de trabajo, se llevan nuestra riqueza. "Los ojos cerrados..." es un potente alegato político-social y de denuncia sobre la usurpación de los recursos naturales y cuya defensa es asumida, más que por los gobiernos, por grupos de resistencia que muchas veces son reprimidos por la mismas autoridades de sus propios países. A través de sus imágenes, el documental de Miguel Mirra se convierte en un elemento contundente que repudia el terrorismo que atenta contra los bienes naturales.
Dijo Crítica:
Preciso retrato...
Este documental de Miguel Mirra, con colaboración de otros cineastas latinoamericanos, tiene una virtud y un defecto. Muestra una serie de depredaciones del capitalismo en el Cono Sur, de Perú a la Argentina. La virtud consiste en el registro inmediato de manifestaciones espontáneas, en el retrato de la bronca y de la inteligencia aunadas a la indignación. Allí la épica de lo real se hace cargo de las imágenes y nos permite una empatía diáfana. Incluso si algunos de los reclamos (papeleras) son mucho más polémicos y menos claros de lo que el film muestra.(...) Sin embargo, repetimos: la fuerza de algunos encuadres y la mirada sobre un mundo que tendemos a desconocer –para peor, voluntariamente– otorgan valor al film.
Nota en el diario Página12
Arrasar con la naturaleza
En la película que puede verse en el Complejo Tita Merello, el director extiende a varias regiones del continente la mirada ensayada sobre la Argentina en Las venas vacías. “Lo que Galeano planteaba en los ’70 no está resuelto: está peor”, dice.
El documentalista Miguel Mirra ya había abordado la problemática de la contaminación ambiental y el saqueo de los recursos naturales en la Argentina por parte de las multinacionales en Las venas vacías (2007). Ahora amplió su análisis y su denuncia cinematográfica a buena parte del continente: Los ojos cerrados de América Latina –que puede verse en el Complejo Tita Merello, Suipacha 442– recorre no sólo el interior argentino sino también Paraguay, Colombia, Perú, Guatemala, Uruguay y México, para dar cuenta de una situación que no sólo afecta a los animales y plantas sino también a las personas que viven en sitios donde las multinacionales implementan proyectos, en muchos casos devastadores. A lo largo de noventa minutos puede conocerse el problema que genera la extracción de metales a cielo abierto, la depredación de los suelos y los bosques, la explotación ictícola, la contaminación ambiental, el cultivo de soja y la producción de pasta de celulosa (un tema muy conocido en Argentina a raíz del conflicto de las papeleras, del cual Mirra ya había dado cuenta en el documental !Que viva Gualeguaychú!).
Mirra, especialista en temas sociales, registró con su cámara en varios de los países que aborda el documental, mientras que en otros casos le facilitaron imágenes distintos documentalistas de las regiones mencionadas. En medio de los testimonios, aparecen, cada tanto, textos de Las venas abiertas de América Latina, de Eduardo Galeano. Mirra dice que citó al escritor como “un homenaje” y que también “nos sirve para poner en evidencia que aquello que Galeano planteaba en los ’70 no está resuelto. Es más, está peor”, afirma el cineasta en diálogo con Página/12.
–En el documental se señala que la gran causa de los desastres ambientales y los saqueos de los recursos naturales se produce por la existencia del capitalismo. ¿Qué responsabilidad tienen las empresas transnacionales en estas problemáticas?
–Son los portadores del capitalismo globalizado. Son sus gestores y sus beneficiarios. Y, eventualmente, con socios nativos que son socios menores y sirvientes de esos intereses. Y, curiosamente, desarrollos capitalistas locales son destruidos por ese capitalismo globalizado que algunos autores señalan como una etapa superior del imperialismo. Frente a desarrollos capitalistas locales como el de Gualeguaychú, por ejemplo, que apuestan al desarrollo turístico, a la producción natural, casi sin desocupación aun en las peores épocas, con una población que vive dignamente, el capitalismo global, a partir de esta política del saqueo de los recursos naturales, los está poniendo en peligro.
–¿Cómo describiría los mecanismos de depredación, saqueo y contaminación de las transnacionales que pudo investigar?
–Por empezar, desarrollan tecnologías y las imponen a los distintos países. Lo más típico es el complejo sojero, que incluye no sólo la soja transgénica sino el glifosato, o sea, los depredadores del resto de la vegetación para que la soja pueda producir mejor. Con la minería a cielo abierto pasa lo mismo: desarrollan una tecnología que también imponen. Pablo Bergel explica que esto tiene que ver con una cuestión estructural. Es decir, el desarrollo económico de América latina cada vez más está ligado a estos capitales externos que vienen a extraer recursos, de los cuales los estados nacionales y provinciales reciben una parte que es mínima; en el caso de la minería, es el tres por ciento. Pero de todas maneras, sirve y, entonces se produce una dependencia estructural con estos modelos.
–Se señala que la agricultura industrializada necesita destruir la naturaleza para producir. ¿Esto es inevitable o existen formas alternativas que no se están aplicando por intereses económicos?
–Una va de la mano de la otra. Cuanto más industrializada es la agricultura más destruye a la naturaleza. Pero no les importa. No sólo destruyen la naturaleza en cuanto a las plantas y los animales, sino también a la naturaleza humanizada. Si la agricultura industrializada necesita desarraigar poblaciones, como sucede en muchas partes, lo hacen y no les importa. Como en el Chaco, donde destruyen los montes. Importantes núcleos poblacionales son desterrados de ahí. No es que los que están en contra de la agricultura industrializada estén en contra de la aplicación de la tecnología, sino que la tecnología que se está aplicando sirve a los intereses de las multinacionales y no a los intereses locales. Es tecnología pensada para la extracción de recursos. No sólo se llevan el producto vegetal: también se llevan el suelo y el agua.
–¿Qué importancia le otorga a la resistencia de los pueblos para frenar esta acciones?
–Es fundamental. No hay otra forma. Los gobiernos pueden actuar en función de que haya resistencia social, si no es imposible. Es esencial: si eso no sucede estamos en el horno. Pero lo bueno es que eso está sucediendo y mostramos ejemplos concretos en la película. Así como las multinacionales han generado un plan continental, ha habido como un reguero de resistencias que se van interconectando y coordinando. Apostemos a que ese proceso siga y que esa resistencia no permita que estos planes avancen. Va a ser una lucha ardua porque hay mucho en juego.
El guión de Los ojos cerrados de América Latina
Texto de presentación del guión de Los ojos cerrados en el libro GUIONES CINEMATOGRAFICOS DE MIGUEL MIRRA, de Editorial Nuestra América, a presentarse durante la próxima Feria del Libro.
El guión de Los ojos cerrados de América Latina se fue construyendo, pero no a medida que lo registrábamos; después de tantos años, ya habíamos dejado de lado ese vicio de principiantes. Se fue construyendo a medida que nos fuimos involucrando con el tema. Ya habíamos realizado Que viva Gualeguaychú, donde descubrimos que allí donde los noticieros veían un corte de ruta, en realidad había…una asamblea ciudadana. Es decir, una forma inédita de sociabilidad, esbozada en años anteriores, durante la crisis. Y donde los ambientalistas veían contaminación, en realidad había también destrucción de fuerzas productivas y saqueo de recursos naturales.
Luego, ampliando nuestra mirada el resto del país, realizamos Las venas vacías. Ahí fue cuando re-descubrimos el libro de Galeano Las venas abiertas de América Latina, donde ya estaba escrito lo que cuarenta años después terminaría por concretarse en una realidad trágica para nuestros pueblos, es decir, el saqueo. Pero también descubrimos a Jorge Rulli y a Pablo Bergel. Uno y otro, desde distintas vertientes, nos condujeron a vislumbrar las causas profundas de este nuevo proceso ligado a la globalización y en el que al saqueo se le pegó, como su otra cara indisoluble, la contaminación. Y nos ayudaron a comprender el rol de los estados nacionales como engranajes necesarios para concretar los planes de saqueo de los recursos naturales. También escuchamos a Ana Esther Ceceña y Fernando Buen Abad, ambos mexicanos, que nos sacaron de los estrechos límites de la cuestión nacional para mostrarnos la realidad de Latinoamérica como un conjunto indivisible frente a los planes de las trasnacionales para toda la región.
Y comenzamos a avanzar por ese camino, sin olvidarnos del aporte que ya Pablo Bergel ya nos había hecho en Que viva Gualeguaychú sobre el sentido profundo de los movimientos sociales en los procesos de resistencia frente a los embates del neoliberalismo y la globalización colonial.
Por otra parte, el Movimiento de Documentalistas, con la organización del Festival Tres Continentes, nos había dado la posibilidad de ver en imágenes las realidades comunes con otros países de América Latina, que ya habíamos empezado a captar desde lo conceptual.
Así que el rompecabezas se fue armando. Vimos que todo estaba encadenado: el pasado con el presente, el saqueo y la contaminación, el estado colonial y las asambleas ciudadanas, la agresión y la resistencia. Sólo faltaba ordenarlo narrativamente en un hilo que llevara de la mano de los textos de Galeano, del pasado al presente; de la mano de Rulli, del saqueo a la contaminación; de la mano de Bergel, de la impotencia y complicidad de los estados a la resistencia social; de la mano de los compañeros latinoamericanos, de lo nacional a lo continental.
Pero había que mostrar, no sólo a los especialistas, sino fundamentalmente a los pueblos y sus movimientos sociales movilizándose y luchando en acto, no sólo en palabras. Y había que hacerlo lo largo de diez países. Entonces pedimos ayuda. Basados en que frente a realidades comunes siempre aparecen respuestas comunes y a agresiones comunes, solidaridades comunes, contactamos a otros realizadores latinoamericanos a través de la red del Movimiento de Documentalistas para que nos enviaran material audiovisual que reflejaran las luchas de sus pueblos. Y, por supuesto, recibimos esa ayuda. Así pudimos contar con testimonios, asambleas y movilizaciones de los pobladores de Choropampa en Perú, Río Negro en Guatemala, San Salvador Atenco, en México, etc, etc…
El guión ya estaba escrito, sólo faltaba ponerlo en caracteres negros impresos sobre una hoja en blanco para que nos sirviera de guía en nuestro trabajo de realización. No olvidamos que guión es una guía grande.
Jorge Rulli, en Los ojos cerrados de América Latina
¨ ¿Por qué cada vez que hablamos de estas cosas, montones de gentes en los auditorios salen a decirnos, es el viejo imperialismo, es lo mismo? ¿Por qué les preocupa decir que es lo mismo? ¿Por qué nunca hablan contra la soja, ni hablan contra las pasteras, y no se dan cuenta que le están haciendo el juego a la globalización? Entramos a hablar de rentabilidad y terminamos hablando de cómo disminuir los costos, dejamos de hablar de calidad para hablar de cantidad, inevitablemente tenemos que hablar de cómo aumentar la escala, para disminuir los costos, estamos hablando de forrajes y balanceados para alimentar animales, porque ya la producción familiar se considera que no es económica, no es rentable, cuando dejamos de hablar de la producción familiar, dejamos de la familia rural, y terminamos hablando de economías urbanas y de cultivos industriales en el campo, y estamos, no importa por qué camino llegamos, pero estamos en lo mismo que las empresas, terminamos hablando de los mismos grandes temas de la deshumanización del planeta¨.
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